lunes, 25 de marzo de 2013

Sociedad Inca

En Cuzco en el 1589, el último sobreviviente de los conquistadores originales del Perú, Don Mancio Serra de Leguisamo, escribió en el preámbulo de su testamento lo siguiente:
Encontramos estos reinos en tal buen orden, y decían que los incas los gobernaban en tal sabia manera que entre ellos no había un ladrón, ni un vicioso, ni tampoco un adultero, ni tampoco se admitía entre ellos a una mala mujer, ni había personas inmorales. Los hombres tienen ocupaciones útiles y honestas. Las tierras, bosques, minas, pastos, casas y todas las clases de productos eran regularizadas y distribuidas de tal manera que cada uno conocía su propiedad sin que otra persona la tomara o la ocupara, ni había demandas respecto a ello... el motivo que me obliga a hacer estas declaraciones es la liberación de mi conciencia, ya que me encuentro a mí mismo culpable. Porque hemos destruido con nuestro malvado ejemplo, las personas que tenían tal gobierno que era disfrutado por sus nativos. Eran tan libres del encarcelamiento o de los crímenes o los excesos, hombres y mujeres por igual, que el indio que tenía 100,000 pesos de valor en oro y plata en su casa, la dejaba abierta meramente dejando un pequeño palo contra la puerta, como señal de que su amo estaba fuera. Con eso, de acuerdo a sus costumbres, ninguno podía entrar o llevarse algo que estuviera allí. Cuando vieron que pusimos cerraduras y llaves en nuestras puertas, supusieron que era por miedo a ellos, que tal vez no nos matarían, pero no porque creyeran que alguno pudiera robar la propiedad del otro. Así que cuando descubrieron que teníamos ladrones entre nosotros, y hombres que buscaban hacer que sus hijas cometieran pecados, nos despreciaron

Funciones del inca:

El Inca realizaba muchas de las funciones del Curaca tales como la organización de la población para la obtención de los recursos, la celebración de los rituales, el establecimiento de alianzas y la declaración de guerra, sólo que a una escala mayor. Era el responsable directo del bienestar del Imperio incaico que se concretaba en la redistribución de los recursos.
El inca también tenía un sistema de correo; los chasquis o chaskij. Los chasquis corrían en una red de caminos que se extendía 1600 km a lo largo y ancho de todo el Tahuantinsuyo, para entregar mensajes reales y otros objetos a los gobernantes del imperio. Cada cierta distancia, los chasquis reposaban en un tipo de cabaña, denominada "Tambo" en donde había comida, agua y un relevo. Esta forma de mensajería se basaba en un sistema de postas.

Sacerdotes
El Huíllac Uma (quechua: Willaq Uma, 'cabeza de los presagiadores' 'sacerdote principal' )?, era el sumo sacerdote o sacerdote principal del Imperio incaico, llamado Vila Oma por los españoles. Existe, sin embargo, algunas divergencias entre los cronistas acerca de su naturaleza y funciones. El padre Bernabé Cobo traduce su nombre como el adivino que dice, y Cristóbal de Molina el chileno lo identifica como la segunda persona del Inca y le llama siervo o esclavo del Sol.

Los edificios preincas o incas más antiguos estaban construidos en adobe y otros materiales. Las estructuras permanentes o monumentales construidas en piedra o adobe se desarrollaron principalmente en Mesoamérica y en la zona central andina.
Las técnicas de construcción precolombinas eran rudimentarias. La mayor parte de las estructuras se construían con el sistema de pilastra y dintel o de vigas horizontales sin arcos, aunque la cultura Chavín del Perú y la maya de Mesoamérica emplearon el arco falso o bóveda de piedra salediza, que consiste en colocar una piedra sobre otra para conseguir una forma de arco. Utilizaban más herramientas de piedra que de metal, y tanto el transporte como la construcción de edificios como las pirámides, palacios, tumbas y templos sobre basamentos escalonados, se llevaban a cabo manualmente sin ayuda de ningún tipo de maquinaria.
IncasLa pirámide pre-colombina era considerada como algo diferente a su equivalente egipcia, ya que no estaba construida con fines funerarios sino como residencia de una deidad. Sin embargo, excavaciones recientes confirman de modo reiterado que solían incorporarse tumbas a las pirámides. Los pictogramas de los códices, (ver Paleografía) permiten suponer que las pirámides tenían gran importancia cívica y cultural. El símbolo azteca para representar la conquista era una pirámide en llamas en la que el calli, o casa del dios (el templo mayor), había sido derribado por el conquistador. Para hacerlas aún más monumentales e incrementar así el prestigio del gobernante, muchas de las pirámides mesoamericanas se reconstruían periódicamente sobre una estructura ya existente si bien esta práctica se relacionaba con cada cambio de era y se conmemoraba construyendo una pirámide nueva encima de las anteriores.
En el 2007 el arqueólogo Tom Dillehay describe la existencia en la zona de Lumaco, Chile, de 300 túmulos mapuches cónicos, que denomina cuel. En algunos casos superan los 40 metros de altura. Estas edificaciones, según el autor, serían fruto de la influencia inca sobre dicha etnia. Se habrían levantado entre el siglo XIV y la conquista española

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